Halo comenzó siendo un proyecto para Macintosh y Playstation 2 que terminó derivando en el estandarte de la por entonces primera incursión de Microsoft en el mundo de las consolas: Xbox. La compañía de Bill Gates no dudo en adquirir a su desarrolladora, Bungie software, asegurándose con ello la exclusividad de la que ha terminado por ser una de las sagas insignia de la historia moderna del videojuego. El éxito fue rotundo: “Halo: Combat Evolved” fue adquirido por un 60% de los propietarios de Xbox. Las claves fueron sin duda las que a día de hoy son ya las señas de identidad de todo Halo que se precie.
La inmersión es una de ellas. Y es que, gracias a su vasto entramado argumental, Halo consigue atrapar al jugador dentro de un universo de sublime ambientación; hecho al que no solo contribuye su siempre a la cabeza apartado gráfico, sino también una de las bandas sonoras más hermosas de cuántas han podido deleitar nuestro oído. Otro aspecto puntero es su IA, o sistema de inteligencia artificial, que nos permite deleitarnos con el comportamiento de nuestros rivales en combate, siempre atentos y acechantes a nuestros movimientos para ejecutar el contraataque más preciso y efectivo. No podemos olvidar la inventiva y orginalidad que recubre al arsenal y espectro de enemigos de Halo, realmente admirable y en perfecta armonía con las sobrecogedoras batallas campales que nos aguardan a cada paso, cargadas de estrategia e inmersiva solemnidad. Pero sin duda, uno de los méritos más importantes de los que puede presumir Halo, es su modo multijugador en red. No por nada Halo2 es el juego online más jugado a través de Xboxlive (con permiso en estos momentos de Gears of War). Halo ha sabido exprimir el potencial de las partidas por internet y ha conseguido alzar a Xboxlive como la comunidad online de consola con mayor éxito y número de usuarios a lo largo de la historia.
Primer anuncio de Halo3 para televisión: